Chihuahua se convirtió en el epicentro de la música metal el pasado 17 de febrero, cuando la renombrada banda sueca Therion se presentó ante una multitud ferviente en el emblemático Estadio X. El espectáculo, que marcó el regreso de Therion a México después de varios años de ausencia, dejó una huella imborrable en los corazones de los asistentes que ansiosamente esperaron su llegada.
Desde el momento en que las puertas del estadio se abrieron, la energía y la emoción se sentían en el aire. Los fanáticos del metal de todo el estado de Chihuahua, e incluso de otras partes del país, se congregaron en masa, creando una atmósfera electrizante que prometía una noche llena de poder y pasión.
El concierto comenzó puntualmente a las 8:00 p.m. con la banda telonera, que hizo vibrar al público con su enérgico sonido y su entrega sobre el escenario. Los cánticos y los aplausos resonaron en todo el estadio, preparando el terreno para el plato fuerte de la noche.
Cuando las luces se atenuaron y los primeros acordes de Therion resonaron en los altavoces, el estadio estalló en una ovación ensordecedora. La banda, liderada por el carismático Christofer Johnsson, salió al escenario con una presencia arrolladora. Vestidos con trajes oscuros y empuñando sus instrumentos con determinación, los miembros de Therion demostraron por qué son considerados leyendas del metal sinfónico.
El setlist del concierto fue un viaje a través de los éxitos más emblemáticos de la banda, incluyendo canciones como «To Mega Therion», «Son of the Staves of Time» y «Gothic Kabbalah». Cada canción fue recibida con pasión y devoción por parte de los fanáticos, quienes corearon cada letra y se dejaron llevar por la majestuosidad de la música de Therion.
El despliegue visual también fue impresionante. El escenario estaba adornado con elaboradas decoraciones, pantallas de video y una iluminación espectacular que realzaba la atmósfera épica de la música. Los efectos visuales y las proyecciones en pantalla grande sumergieron a los asistentes en un mundo de fantasía oscuro y misterioso, característico del estilo distintivo de Therion.
La entrega de la banda fue impecable. Cada miembro demostró su virtuosismo en sus respectivos instrumentos, y la voz de Christofer Johnsson resonó con una potencia y emotividad abrumadoras. La conexión entre la banda y el público fue palpable, generando un intercambio de energía inigualable que elevó la experiencia a otro nivel.
El concierto de Therion en Chihuahua el 17 de febrero fue, sin duda, una noche para recordar. La banda dejó una huella imborrable en la ciudad, y los fanáticos se llevaron consigo recuerdos imborrables de un espectáculo lleno